El jinete Javier González Fraga compagina su carrera deportiva con la cría caballar y el entrenamiento de jóvenes caballos para la competición. Uno de sus retos a corto plazo empezar a saltar pruebas del Ranking Internacional con su caballo Bubalu.
Hablando de tus inicios, ¿cuándo comenzaste a montar a caballo y por qué?
Empecé a montar con siete años por casualidad. Estaba con mi padre haciendo deporte en un bosque donde hay un lago cerca de mi ciudad natal, Pontevedra. Vimos unos niños montando en una escuela hípica que se acababa de inaugurar y le dije a mi padre que me gustaría subir a un caballo y desde ese día no me he vuelto a bajar.
¿Por qué te decantaste por esta disciplina?
Es la que más me llamó la atención en su día. También me gusta mucho la doma y el completo y las carreras de caballos me apasionan, pero el salto es lo que hice siempre, de lo que más sé y lo que más me gusta.
¿Tienes alguna anécdota en tú vida como jinete profesional que quieras compartir y que pocos puedan saber?
Tengo muchas, pero algo curioso es que termino montando mis “hijos” como llamo, a los caballos que nacieron gracias a mí, por que hice el trabajo de haber inseminado a la yegua, haber congelado el semen del entero o ambas cosas.
Deportivamente, ¿cuál ha sido para ti tu mayor éxito?
Era prácticamente un desconocido y no tenía nada de experiencia en una altura semejante cuando ganamos Lebrón du Molin y yo la segunda calificativa del Campeonato de España Absoluto del 2015 que se celebró en Sevilla y nos puso al frente de la clasificación del campeonato a falta de una jornada. Hay otras pruebas que le tengo especial cariño, como la que ganamos Casanova y yo en Coruña en el Internacional paralelo a la Copa del Mundo ante nuestro público. Fue muy emocionante.
¿Tienes algún concurso o ruta favorito? ¿Por qué?
Mis concursos preferidos son los de Casasnovas, tanto el de invierno como el de verano. Los considero mi casa, tengo una gran amistad con los dueños y trabajadores. Está siempre muy bien organizado, las instalaciones son inmejorables y saltar ante tu público siempre es especial.
En la actualidad, ¿dónde entrenas? ¿Cuántas horas dedicas al entrenamiento y cómo te organizas?
Tengo instalaciones propias en Galicia. Cuento con una finca bastante grande para ser Galicia con un Club Hípico -“Club Marco das Pías”-, un Centro de Reproducción Equina -“Centro de Reproducción Equina Galecer”- donde realizo inseminaciones con semen congelado a bajas dosis, transferencias de embriones, congelación de semen, aspiraciones foliculares y otros servicios relacionados con la reproducción equina. También tengo una una Yeguada – “Yeguada JGF”- donde crío unos 20 caballos por año. Para llevar todo a cabo tengo que intentar estar organizado todo el tiempo. Suelo montar 4 ó 5 horas al día entre 6 u 8 caballos.
¿Tienes alguna rutina previa a la competición, tanto para ti como para los caballos?
En función de la edad tengo unos ejercicios favoritos que suelo hacer siempre antes de las competiciones. Los escojo en función del tipo de caballo, de la edad del carácter, y el momento de forma en el que se encuentren. En la hípica creo que generalizar no es lo mejor y tienes que adaptarte a como es tu compañero de equipo (tu caballo) haciendo lo posible para ayudar a que pueda ofrecer su mejor versión en la competición.
¿Con qué caballo estás compitiendo en este momento y en qué pruebas?
Hace un par de años que vendí mis mejores caballos y ahora estoy más dedicado a la formación de caballos jóvenes, cuento con más de 20 entrenando. Tengo uno de ocho años que se llama Bubalu con el que tenía la intención de empezar a saltar alguna prueba de ranking este año.
¿Guardas algún recuerdo imborrable de algún caballo que puedas compartir con nosotros?
Me gustan todos los caballos que monto, cada uno tiene sus cosas e intento ver lo positivo de cada uno. Cuando estoy montando un caballo pienso que es el mejor que puedo estar montando en ese momento, pero mi primera yegua Gemeiza Star y Lebron du Moulin ocupan un lugar especial. Me acuerdo la primera vez que entre a un recorrido de 1,50 m con Lebrón, me temblaba todo el cuerpo y el me trasmitió algo mágico, como si me dijera: “tranquilízate, dime como es el recorrido y no te caigas que del resto me ocupo yo”.
¿Recuerdas el nombre de tu primer caballo?
Me gusta acordarme de todos, así que, imposible olvidarse de la primera. Gemeiza Star, le debo muchas cosas. Nunca la olvidaré.
¿Cuál sería tu prototipo de caballo favorito?
Me gustan los caballos ligeros e inteligentes, con buen galope y equilibrio, que puedan ir muy rápido, pero que se frenen contra los saltos y con fuerza para poder saltar lo grande. Creo que esto es lo que le gusta a casi todo el mundo.
Si hablamos del futuro, ¿qué objetivos deportivos tienes para el presente año teniendo en cuenta el parón provocado por la crisis del coronavirus?
Estoy aprovechando para conocer mejor los caballos jóvenes que tengo y dedicándole todo el tiempo que puedo a su formación ahora que no hay concursos. Me está gustando mucho. Siempre intento ver lo positivo de cada situación, quejarse y mirar lo negativo no vale para nada, sobre porque hay coas que no dependen de nosotros directamente.
¿Cuál es tu próximo reto para cumplir?
A corto plazo, me gustaría, como ya hablé anteriormente, empezar a saltar pruebas del Ranking Internacional con Bubalu o Pruebas Nacionales algo más grandes y formar bien los caballos jóvenes de cara al Campeonato de España, a ver si finalmente se puede hacer, si no, ya de cara a la Ruta del Sol del año que viene. Si miramos a medio plazo me encantaría poder tener caballos para ayudar al equipo nacional en alguna Copa de Naciones y a partir de ahí, en el largo plazo, lo que venga, no me pongo límites.
¿Les podrías dar alguna recomendación o consejo a los alumnos de PHR, que están empezando a competir a nivel Nacional con sus caballos propios?
Que sueñen y luchen por sus sueños, que no se rindan nunca, tener objetivos es necesario y motivador, pero independientemente de su consecución lo realmente importante y bonito es el camino que, no siendo fácil algunas veces, rodeado de caballos siempre vale la pena.